miércoles, 28 de marzo de 2012

Saldo Virtual


De chico, Juancito jugaba con un prisma triangular de vidrio. Lo ponía ante sus ojos como lentes y caminaba cuesta abajo por toda la casa. Para subir daba vuelta el cristal.

Cuidado, Juancito es raro.

La Olguita corría por toda la casa también, pero sin prisma. 
La Vieja, nadie se acuerda si abuela o qué, se reía desde el sillón cada vez que la Olguita pasaba, y le gritaba en quichua:
“¡ XxxXX! ¡XXXx!”

Total desconocimiento del idioma.

No hablemos del personal de limpieza: las muchachas. Hacen cosas.

El Jardín de uno empieza donde terminan los juegos del otro…no. O es al revés.

De noche la casa era distinta. Olguita y Juancito veían llegar a Pelog que ponía a prueba la hospitalidad de su hermana la Grande.

Secretos.

Jugar de noche era todo un tema. El cielo vestido de cana no da tregua.
“¡Callesén y vayan a dormir que mañana tengo que trabajar!”

Declaración de principios.

Adentro. Si tengo miedo, rezo. Si tengo Dios, tengo miedo.