miércoles, 12 de febrero de 2014

.VII




¿Cómo se destruye un nombre, sin reventarse –por ejemplo- un ojo?
Hay cosas con las que no se juega,
por eso procedo:
Extraer con pinzas, como muelas, las consonantes más dolorosas;
las que apuntan al 
nervio y provocan el llanto

de los miserables recuerdos pronunciados
aullemos las vocales con el porte de gallo,
y aunque las estrellas con soberbia ancestral no se espanten
figuremos amaneceres tras cada vocal

es por eso que nos dedicamos a la vana tarea
morirte el nombre no está penado
la pena es la poesía